28/2/17

Asamblea ordinaria

Autor: Julio Fajardo Herrero
Fecha de publicación: 2016
Editorial: Libros del Asteroide
N.º de páginas: 214 










Con la que está cayendo, ¿por qué habríamos de querer leer una novela sobre la crisis económica? Julio Fajardo, editor, traductor y autor de la novela Los principios activos (2008), nos ofrece aquí un retrato de nuestra más cruda realidad, de lo que nos encontramos al salir a la calle o de lo que nosotros mismos estamos viviendo. Para ello presenta tres tramas distintas, protagonizadas por tres parejas de personajes, que nunca llegan a confluir. Esto me crea una cierta desazón, un deseo de que algo más ocurra, pero las tres historias, situadas en Madrid, Barcelona y Zaragoza, nunca llegan a cruzarse.

Un matrimonio que empieza a distanciarse cuando el marido, sin trabajo, se refugia en la política; un joven que, como una polilla, vivió deslumbrado por el brillo de su jefe, hasta que llega el desengaño... y el despido; y una viuda anciana que acepta a su sobrino, desempleado, en su hogar y en su vida. Estas son las tres historias en las que laten los malos tiempos en los que parecemos nadar a contracorriente, o tal vez donde nos arrastra la marea. 

Volviendo a la pregunta inicial, la respuesta tal vez nos la ofrezca el editor al final del libro, cuando recoge una cita de Harper Lee, autora de Matar un ruiseñor: 


«Nunca terminas de entender a una persona hasta que te planteas las cosas desde su punto de vista... hasta que te metes en su piel y andas por ahí con ella puesta»

Si merece la pena meterse en la piel de estos personajes o no... eso ya es cosa vuestra.






8/12/16

Chin Music

Autor: Bram Stoker
Título original: Dracula's guest, The burial of the rats, Chin music
Fecha publicación original: 1914, 1914, 1899
Traductor: Marino Costa González
Ilustradora: Thanya Castrillón
Fecha edición actual: 2016
Editorial: Uve Books

N.º páginas: 88 




¿Conocéis a Drácula? Por supuesto. ¿A Bram Stoker? Claro que sí. Aunque solo sea por Drácula, de Bram Stoker, la acreditada película de Francis Ford Coppola que reúne en su título al autor y su novela. Sin duda, Drácula es la creación literaria más reconocida de Stoker, que partió de una leyenda transilvana para crear a su célebre personaje, pero el escritor irlandés fue en realidad un prolífico autor de novelas y también de relatos de terror, no recopilados, que fueron publicados en diversos periódicos de Londres, Dublín y Nueva York en un periodo que va desde finales del siglo XIX hasta principios del XX.

Como amante que soy de la narrativa gótica, hace años que había caído en mi poder un librito titulado El huésped de Drácula, publicado en 1998 por el periódico El Mundo dentro de una colección, «Las novelas del verano», que, por razones obvias, resulta muy difícil de conseguir. Reúne este libro los relatos El huésped de Drácula, La casa del juez —recientemente publicado por Uve Books junto a otros relatos de Quiroga, Lovecraft y Lugones bajo el título Cuentos macabros—, La squaw y El entierro de las ratas. Imaginad mi alegría al descubrir que la editorial Uve Books había decidido publicar una selección de relatos de Stoker, en este caso, tres: El invitado de Drácula (sigue siendo, huésped o invitado, el original Dracula's guest), El entierro de las ratas y Chin music.


Intriga, terror y emociones desbocadas son las características comunes a los tres relatos, que son, sin embargo, muy diferentes entre sí. El invitado de Drácula fue publicado en 1914, dos años después de la muerte de su autor. Florence A. L. Stoker, su viuda, declaró que se trataba del primer capítulo del manuscrito original de Drácula, eliminado por los editores debido a la extensión del libro. Decidió sacarlo a la luz, puesto que no había sido publicado en periódicos ingleses o norteamericanos, como los otros relatos, y porque consideraba que sería del interés de los lectores. No todos los críticos están de acuerdo con esta versión ofrecida por Florence, pero, en cualquier caso, es un relato magnífico que merece ser rescatado. Narra la escalofriante aventura de un caballero de viaje en Múnich, en la Noche de Walpurgis. No se dice en ningún momento que se trate de Harker, protagonista de Drácula, pero se da por supuesto; de hecho, en mi edición de dicha novela aparece con el título «Introducción del diario de Jonathan Harker, publicado fuera de la primitiva edición». Se trata de un relato trepidante, intenso, en el que dicho caballero inglés se enfrenta a la noche, a la tormenta y... a ciertos seres sobrenaturales.

En El entierro de las ratas el elemento sobrenatural desaparece, pero no así la angustia y un desasosiego que atrapa al lector, en una trama frenética que nos adentra en un inframundo del que parece imposible salir con vida. Finalmente, Chin music, que fue publicado originalmente con el título A baby passenger, crea una atmósfera de increíble tensión que se solventa del modo más desconcertante posible.


Mi ejemplar del libro, dedicado por la ilustradora
La elección de estos tres relatos por parte de la editorial Uve Books me parece muy acertada, partiendo del Stoker más conocido con El invitado de Drácula, esa especie de introducción a Drácula que alegrará a aquellos que hayan disfrutado con dicha novela, y rematando con los otros dos relatos, más desconocidos o inaccesibles al lector hispanohablante, todos ellos dignos exponentes del género de terror en sus diferentes facetas. Se trata de tres pequeñas joyas, muy bien acompañadas, en esta bellísima edición de arte, por las ilustraciones de la artista Thanya Castrillón, tanto en la cubierta como en páginas interiores. En definitiva, un pequeño lujo para vuestras bibliotecas.




19/11/16

El árbol y la liana. Cuentos del África occidental


Autor: Rafael Marco
Fecha edición actual: 1993
Editorial: Mundo Negro

N.º páginas: 214










El pueblo Fon fue creado por un dios de dos caras: Mawu, la Luna, y Lisa, el Sol. Cuando finalizó su obra, el dios se dio cuenta de que había creado demasiadas cosas árboles, elefantes, montañas y el peso era excesivo para la tierra, de modo que le pidió a Aida Hwedo, la serpiente cósmica, que se hiciese un ovillo y se colocase debajo de la tierra para sostenerla. Como a la serpiente no le gustaba el calor, el dios creó el océano para que viviera en él. Cuando Aida Hwedo se cansa de soportan el gran peso de la tierra, cambia de postura, y eso provoca los terremotos.

Este es un relato mitológico del pueblo Fon, el más relevante del periodo precolonial de Benín, fundador del reino de Dahomey (1600-1904) y conocido por dos hechos: sus mujeres soldado las amazonas y la trata de esclavos en el siglo XVIII. Su religión es el vudú, que es precisamente originario del África occidental, aunque la variante más conocida sea el sincretismo entre el vudú original y el catolicismo practicado en América por los esclavos y, posteriormente, sus descendientes.

En el pueblo fon, la palabra vudú hace referencia a todo lo misterioso, oculto y sobrenatural; a todo aquello que rebasa el conocimiento humano y que, por lo tanto es atribuido a fuerzas y seres sobrenaturales. He ahí el origen de los relatos mitológicos, a caballo entre tradición y leyenda, que en todas las culturas fueron creados para justificar el origen del Universo, los fenómenos de la naturaleza y todo aquello para lo que no se disponga de una explicación.




Este libro recoge más de cuarenta relatos, mitos o cuentos que se caracterizan por su breve extensión y por la gran ingenuidad de las narraciones, según palabras de Rafael Marco, recopilador de dichos relatos orales. No obstante, detrás de cada relato «hay un intento de interpretación profunda, metafísica, que da respuesta a una pregunta vital, marca una pauta de comportamiento o establece un sistema de valores».

El origen del Sol y la Luna, del hombre o de la mujer; por qué los monos viven agachados o el firmamento se alejó de la Tierra, son algunos de los temas que el pueblo Fon ha ido transmitiendo oralmente en forma de mitos y cuentos.

31/10/16

(Lanzarote) El caballero de la carreta

Autor: Chrétien de Troyes
Título original: 
Li romans de la charrete

Fecha publicación original: 1176-1181
Traductores: Luis Alberto de Cuenca y Carlos García Gual 
Prólogo: Luis Alberto de Cuenca y Carlos García Gual
Fecha edición actual: 2013
Editorial: Alianza

Colección: El Libro de Bolsillo
N.º páginas: 176





En el año 1164, Enrique I, conde de Champaña, conocido como Enrique el Liberal, se casa con María, hija del rey de Francia Luis VII y de Leonor de Aquitania. María se instala con su marido en Troyes, pero se aburre bastante en la corte condal, así que llama a Chrétien de Troyes y le pide que le escriba historias de amor cortés.

Chrétien se pone a ello. Había leído al poeta Robert Wace, quien a su vez había leído al autor inglés Geoffrey de Monmouth, autor de la Histoire des rois de Bretagne en la que aparece por primera vez el rey Arturo. Chrétien piensa que toda esa materia de Bretaña podría acomodarse al estilo cortés, siguiendo el proceder de Guillermo IX de Aquitania, conocido como Guillermo el Trovador (Guillaume le Troubadour), el primero de los poetas trovadores, y precisamente abuelo de María de Champaña. Y así surge el roman courtois,* que se aleja de la crónica o el relato histórico, centrándose en el destino de un  protagonista o héroe. Chrétien escribe cinco romans o novelas, compuestas en verso, que se centran en el mundo artúrico y retoman la materia de Bretaña. Estas novelas, que presentan a diversos caballeros de la Tabla Redonda, son Lanzarote o el caballero de la carreta, Erec y Enide, Cligès, Yvain o el caballero del león y Perceval o el cuento del grial. La obra de Chrétien es una de las más importantes del siglo XII, por su belleza, su carácter innovador y su influencia posterior.



En El caballero de la carreta se relata la siguiente historia: el rey Arturo y la reina Ginebra viven en el castillo de Camelot. La reina es raptada por Meleagante, hijo del rey de Gorre, que también hace presos a los caballeros del rey Arturo. Pero la reina Ginebra tiene un enamorado: Lanzarote del Lago, que se lanza en busca de la reina, llegando a hacer cosas para encontrarla que le cuestan su honor, como subirse a la carreta de un enano destinada a trasladar a asesinos, traidores y ladrones. De ahí el nombre de la novela. Lanzarote será humillado en más ocasiones, todo por conseguir rescatar a su amada, e incluso será apresado en una alta torre sin puertas. Sobre si Lanzarote consigue escapar, vencer a Meleagante y rescatar a su dama... no diré nada... El caballero, buscando a la reina, se busca también a sí mismo, su identidad (no será nombrado como Lanzarote más que hacia el final de la novela) y el sentido de su existencia. Aventuras caballerescas y amor cortés son sus armas para intentar lograr el éxito en su empresa.

*roman courtois o novela cortés: Se trata de un relato escrito en los siglos XI y XII, en prosa o en versos octosílabos (en un principio, las novelas podían estar escritas en verso o en prosa, pues el término roman solo hacía alusión al hecho de estar escritas en lengua romance, y no en latín). En estas novelas se presentan caballeros que luchan por sus damas, ya sea por defender su honor o por rescatarlas. Están unidos a ellas por el llamado amor cortés, un amor que es visto como una relación de vasallaje entre la dama y su caballero: el hombre está al servicio de su amada; cumple todos sus deseos sin vacilar (como en el pasaje del torneo, donde Lanzarote lucha muy bien o muy mal siguiendo las directrices de la reina); le es siempre fiel (Lanzarote rechaza acostarse con una doncella que encuentra en su camino y que así se lo pide); es un amor clandestino, fuera del matrimonio, a menudo casto pero nunca platónico (Lanzarote y Ginebra no son muy castos, pero las escenas de sexo parecen identificarse con el amor cristiano: «Ante ella se postra y la adora; en ningún cuerpo santo creyó tanto como en el cuerpo de su amada»); y generalmente la dama es de un nivel social superior al caballero. 

Lanzarote del Lago, el prototipo de caballero cortés, el mejor de los caballeros de la Tabla Redonda... Esta novela recoge una de sus múltiples aventuras, ¡sin duda apasionante!

12/10/16

Sin noticias de Gurb



Autor: Eduardo Mendoza
Fecha publicación original: 1991
Fecha edición actual: 2014
Editorial: Seix Barral

N.º páginas: 143








Leí esta novela por primera vez en 1.º de BUP, hace mucho, mucho tiempo, porque formaba parte de una lista de lecturas que nos entregó el profesor de lengua, Benigno, al que siempre recuerdo con cariño. Había que leer una. Me las leí todas.
Esta es una foto de Gurb en la época
en que desapareció por Barcelona.

Sin noticias de Gurb no es exactamente una novela. La historia aparece inicialmente publicada por entregas eEl País, en el verano de 1990, y al año siguiente será publicada como libro. Se trata del diario personal de un extraterrestre anónimo que llega a la Tierra con su compañero Gurb, el cual adopta la forma de Marta Sánchez y desaparece. Nuestro protagonista lo busca sin cesar por la Barcelona preolímpica, adoptando diversas identidades y viviendo un sinfín de peripecias que resultan muy divertidas, pero que también son una crítica del hombre urbano y de la sociedad consumista e insolidaria que se ahoga en las grandes ciudades, entre las prisas, las obras, la contaminación... bajo el prisma del humor, la parodia y la sátira.

El libro comienza con una nota del autor en la que explica que esta novela tiene muchos aspectos en común con El misterio de la cripta embrujada y El laberinto de las aceitunas (la presencia de un narrador del que desconocemos el nombre y el hecho de que la acción transcurra en Barcelona, entre otros) pero, y según sus propias palabras, «es sin duda el libro más excéntrico de cuantos he escrito». Probablemente la causa sea que Sin noticias de Gurb no nació con la intención de convertirse en libro, sino tan solo una especie de folletín por entregas escritas casi siempre contra reloj, sin apenas tiempo para revisarlo, madurarlo o corregirlo, un efímero texto de la inmediatez que nace en un periódico y al día siguiente ya está obsoleto. En teoría. Porque en este caso no fue así. Se le propuso a Mendoza reunir las diferentes entregas y publicarlas en forma de libro, y el resultado es esta pequeña maravilla.


Esta es la cubierta de mi primer ejemplar
del libro, que acababa de ser publicado.
Gurb y su jefe llegan en su nave espacial a la Tierra, concretamente a Sardanyola. Como son incorpóreos, intelecto puro, pueden transformarse en cualquier individuo de la fauna autóctona, y escogen para Gurb al ser humano Marta Sánchez. A las 07.15 salen de la nave, a las 07.21 Gurb entra en contacto con un habitante de la zona, a las 07.23 se sube al coche del individuo y, a partir de entonces, su compañero no tendrá noticias suyas... Durante quince días buscará a Gurb por Barcelona, pues lo necesita para poder pilotar la nave y regresar a su planeta. A lo largo de esos días irá narrando sus experiencias en forma de diario, algo así como el cuaderno de bitácora de la nave, y ante los ojos del extraterrestre ingenuo y un tanto naíf va desfilando la realidad de una Barcelona llena de socavones, zanjas de obras, atascos, las prisas de la gente, las desigualdades sociales, la Seguridad Social, la picaresca...

Los recursos humorísticos son muy variados. En ocasiones, el humor se encuentra en los horarios en que transcurren los hechos, más que en los hechos en sí:

15.02   Me caigo en una zanja abierta por la Compañía Hidroeléctrica de Cataluña.
15.03   Me caigo en una zanja abierta por la Compañía de Aguas de Barcelona.
15.04   Me caigo en una zanja abierta por la asociación de vecinos de la calle Córcega.


Cubierta de la reedición del 2002,
con un montaje de L'Esquella
de la Torratxa
y el cartel Vegetal Azgar.
Mendoza también recurre al uso de cursivas allí donde no serían necesarias, con palabras que suponen todo un descubrimiento para el narrador, o al menos una reflexión. Es el caso, por ejemplo, de su descripción de cómo se usa una bici, que es un aparato de muy «complicado manejo, pues requiere el uso simultáneo de las dos piernas». Mediante el humor negro, la sátira y la exageración, unido todo ello a las situaciones hilarantes a las que se enfrenta el alienígena disfrazado de Paquirrín o de Pío XII, entre otros, en su búsqueda de Gurb, Mendoza va desgranando su crítica de la sociedad actual y de lo absurdo de las grandes ciudades, ofreciendo un nuevo punto de vista de aquello que para el lector es habitual y familiar, ahora bajo la atenta mirada de un extraterrestre que trata de entendernos, buscando la lógica donde a veces no la hay, llegando a conclusiones sui géneris y tratando de pasar lo más desapercibido posible... eso si no se le cae rodando la cabeza por la calle...

Puede que el éxito de esta novela resida, según su propio autor, en que es breve y sumamente fácil de leer. El lenguaje es coloquial, el humor salta en cada página. Compré y regalé este librito a varias personas a lo largo de los años, pues creo que puede ser del gusto de todos, incluso de aquellos que no cultivan la afición por la lectura. Y creo que seguiré haciéndolo.

5/10/16

Crónicas marcianas

Autor: Ray Bradbury
Título original: 
The Martian Chronicles

Fecha publicación original: 1946, 1948,      1949 y 1950
Traductor: Francisco Abelenda 
Prólogo: Jorge Luis Borges
Fecha edición actual: 2004
Editorial: Minotauro

Colección: Booket Logista
N.º páginas: 278






Crónicas marcianas es la recopilación de veintisiete relatos de extensión variable desde un párrafo a varias páginas— del autor estadounidense Ray Bradbury, que inicialmente fueron publicados en revistas de ciencia ficción. Empiezan en enero de 1999 y terminan en octubre del 2026, y narran la llegada de los humanos a Marte tratando de huir de la alienación, aunque al final, paradójicamente, lo que pretenden es reproducir allí el mismo modo de vida del que escapaban. Claro ejemplo de esto es el relato «La elección de los nombres», entre otros.

Las Crónicas marcianas se encuadran dentro del género de la ciencia ficción, caracterizada por la presencia típica de viajes espaciales, seres alienígenas, robots, tecnología muy avanzada y, especialmente, un futuro apocalíptico. No obstante, también comparten rasgos típicos del género fantástico, pues no todos los fenómenos tienen una explicación racional: ¿por qué los humanos pueden respirar en la atmósfera marciana?, ¿por qué cualquiera puede manejar un cohete y llegar a Marte, como quien conduce un coche? Muchas veces los personajes se enfrentan a situaciones inexplicables, que ocurren sin más, como la paradoja temporal de «Encuentro nocturno». La obsesión con el regreso de los muertos a la vida también se encuadraría en el género fantástico. «El marciano» o «Los largos años» son ejemplos de ello.

La lectura de los relatos atrapa desde el primer momento al lector en una angustia vital acerca del destino del ser humano, con el contrapunto de un clima poético y una belleza que crean un cierto desasosiego, una alteración en el ánimo... Son relatos que no dejan indiferente al lector y dan mucho que pensar: la inquietud, la desazón, no proceden de la presencia de los marcianos, sino del propio género humano, de su afán de destrucción y de autodestrucción, la guerra y el racismo, tanto hacia el propio ser humano como hacia los marcianos. Esto no es así desde el principio: en los primeros relatos, los de las primeras expediciones a Marte, los expedicionarios no salen muy bien parados... Pero poco a poco se va descubriendo que el auténtico aniquilador es el ser humano, que es capaz de destruir dos planetas, el propio y el recientemente colonizado, arruinando la exquisita civilización marciana y también la de la Tierra.

Algunos personajes concretos no encajan en ese espíritu destructivo que caracteriza al ser humano y, rechazando su herencia terrícola, se identifican con los marcianos, literalmente. Esto ocurre por ejemplo en «Aunque siga brillando la luna», donde Spender, miembro de la cuarta expedición al planeta rojo, se avergüenza de la actitud impertinente y despreciativa de sus compañeros, que demuestran una escasa consideración por la cultura del planeta que han venido a colonizar. Spender se transforma en un marciano, adoptando su vestimenta y aprendiendo a leer sus libros. «He encontrado un marciano», dice a los otros. «El marciano vino al campamento y ahora está aquí», continúa, y toma la decisión de evitar a toda costa que los humanos destruyan el planeta.

También ocurre en el último relato, «El pícnic de un millón de años», donde un padre de familia se niega a identificarse con el género humano, quemando papeles de leyes y burocracia que simbolizan un modo de vida que degeneró y fracasó. «Estoy quemando toda una manera de vivir», les dice a sus hijos y a su mujer. Y a continuación lleva a su familia a ver a los marcianos. Es un relato simplemente estremecedor, el culmen, el desenlace trágico y a la vez esperanzador de estas crónicas. 

Estamos, pues, ante una obra de ciencia ficción que no ofrece lo que se espera de una obra de ciencia ficción al uso, donde la soledad, la nostalgia y un cierto romanticismo llevan a Jorge Luis Borges, prologuista de la obra, a preguntarse: «¿Qué ha hecho este hombre [...] para que episodios de la conquista de otro planeta me llenen de terror y de soledad?».

27/9/16

El río sin descanso

Autora: Gabrielle Roy
Título original: 
La Rivière sans repos

Fecha publicación original: 1970
Traductora: Luisa Lucuix 
Prólogo: Olaya González Dopazo
Fecha edición actual: 2016
Editorial: Hoja de Lata

Colección: Sensibles a las Letras
N.º páginas: 268







Pienso en esta novela y en todas las de Gabrielle Roy, que leo y releo «sin descanso» desde que conocí su obra, allá por 1999, gracia a una asignatura de literatura quebequesa de la licenciatura de Filología Francesa: fue un flechazo. Mucha pasión y mucha literatura gris, a lo largo de los años, pero ahora por fin llega Roy al público hispanohablante de la mano de Hoja de Lata.

La edición es preciosa, la mejor envoltura para una gran obra, no cabe duda. En la cubierta, un harfang des neiges, el búho de la tundra ártica, símbolo de la provincia de Quebec desde 1987, pues representa la blancura de los inviernos quebequeses. Los inuits (la palabra esquimal se considera despectiva) lo llaman ookpik. Abro el libro y, en la portada, descubro el título escrito con unos caracteres que se asemejan a la escritura silábica del inuktitut, la lengua oral de los inuits que empezó a transcribirse en el siglo XIX. Aún no he empezado a leer la novela y ya estoy inmersa en el implacable paisaje de la región Nord-du-Québec, donde viven los osos, las focas, los harfangs des neiges y... el 0,5 % de la población total de Quebec. Soledad. Solemnidad.



A la izquierda, el "seudoinuktitut" de los chicos de hojalata. Me encanta.
A la derecha, una página de Sanaaq, la primera novela escrita por una mujer inuit. La he leído, y no miento :O 


No hay mucha literatura de temática inuit. A principios de los años cincuenta empezó a gestarse Sanaaq, la primera novela escrita por una mujer inuit, Mitiarjuk Nappaaluk, hoy reconocida como una figura de especial relevancia en su región natal de Nunavik. De carácter más sociológico que novelesco, la novela relata de una manera extremadamente sencilla y directa la vida cotidiana de una familia de inuit, centrada completamente en la supervivencia. Yves Thériault es autor de Agaguk (1958), Tayaout, fils d’Agaguk (1969) y Agoak, l’héritage d’Agaguk (1975); Paul Bussières, de Mais qui va donc consoler Mingo? (1992); y Gabrielle Roy, de La Rivière sans repos (1970). Didier Cornaille, escritor francés, tiene una novela y un ensayo. Más reciente, del año 2009, es la autobiográfica E9-422, del inuit Eddy Weetaltuk. Y poco más.

Gabrielle Roy, escritora quebequesa (francófona) nacida en la provincia anglófona de Manitoba, fue consciente a lo largo de su vida de su pertenencia a una comunidad cultural minoritaria. Por este motivo resulta valiosa la representación de los personajes marginales en su obra, ya que ella misma estuvo profundamente marcada por el choque entre la cultura minoritaria quebequesa y la mayoritaria anglomanitobana. Desde esta conciencia, a lo largo de su producción literaria aspirará siempre a un multiculturalismo fraternal para Canadá, visión que enunció en su discurso «Terre des Hommes» con motivo de la Exposición Universal de Montreal en 1967. Pero su esperanza se mezcla con una cierta angustia en los relatos en los que toma la palabra en nombre de los pueblos desposeídos, exiliados o colonizados.

Ejemplo de ello es su novela esquimal El río sin descanso, que se gesta a lo largo de un viaje de una semana de duración al Gran Norte, concretamente al hoy desaparecido Fuerte Chimo —el actual Kuujjuaq—, en la bahía de Ungava, a principios de los años sesenta. Allí conviven familias esquimales con blancos anglófonos y francófonos venidos del sur. Roy, que viaja como periodista, visita el lugar, observa a la gente, interroga a los misioneros y finalmente escribe su relato a partir de una escena que la conmueve, una joven inuit y su bebé mestizo. François Ricard, biógrafo de Gabrielle Roy, recoge las palabras de Roy a propósito de dicho encuentro en su obra Gabrielle Roy. Une vie: «Vimos a una joven madre peinando con cuidado al niño más hermoso del mundo. Ella misma no es más que medio inuit. ¿De qué padre, de qué escocés, quizás, tenía esa frente lisa, esos rasgos finos? Y al niño encantador, ¿quién le ha dado esos cabellos ensortijados de los que la madre, enrollándolos en sus dedos, se muestra tan manifiestamente orgullosa? Quizás el único regalo sin dolor que le haya otorgado la raza blanca».

La novela está precedida por tres relatos de temática similar en los que se evoca el destino trágico de los esquimales, por un lado despojados de sus valores tradicionales y, por el otro, ajenos al modo de vida y a la moral de los blancos. 



En El río sin descanso se desarrolla la compleja relación que se establece entre Elsa Kumachuck, una joven inuit, y los colonizadores blancos. Madre de un hijo mestizo producto de la violación por parte de un militar americano, Elsa no se reconoce ya en ninguna de las dos culturas, tan solo se identifica a sí misma como la madre de un niño excepcionalmente bello.

Sin duda el punto de partida de estos relatos y esta novela de Gabrielle Roy no es otro que el progreso. Pero ello no implica el desprecio del pasado, de lo arcaico, de lo autóctono, o la idolatría del futuro, sino que se trata más bien de la cuestión sutil de la adaptación de una comunidad minoritaria al progreso, una adaptación en la que parece que haya que despojarse de todo rastro de identidad para después asimilarse completamente a la sociedad dominante. ¿Acaso no sería posible quizás un intercambio enriquecedor? En este punto se puede decir que esperanza y escepticismo se conjugan en Gabrielle Roy. La generación de inuits en la que la escritora se inspira para la creación de estos relatos vive en una situación precaria que ni la adaptación a la cultura blanca ni el retorno a un primitivismo integral pueden resolver. El río que fluye sin descanso entre las comunidades esquimal y blanca del Fuerte Chimo y que da nombre a la novela se revela como la incansable frontera que separa ambos mundos, el de la tradición y el del progreso, y lamentablemente la fusión deseada no tiene lugar. Los personajes, al igual que la propia Gabrielle Roy, se hallan atrapados entre dos mundos sin pertenecer enteramente a ninguno de ellos. Por medio del acto creador, que actúa a modo de catarsis, la escritora libera los sentimientos de alteridad que la oprimían desde la infancia, identificando dichos sentimientos con los de sus personajes marginales y acortando así la distancia inevitable entre las diferentes culturas, siempre gracias a su discurso literario.

Mi estantería "Gabrielle Roy"


Una escena de El río sin descanso ejemplifica la posible fusión futura entre tradición y progreso: cuando el niño mestizo Jimmy le pide a su abuelo, un viejo escultor esquimal, que talle una estatua con su rostro, el anciano le responde: «Tú tienes unos rasgos y una nariz como jamás he aprendido a hacer. Y soy viejo para aprender cosas nuevas […] Aprenderé tu rostro en uno de mis sueños, así es siempre como mejor aprendo. Me levantaré una mañana y estaré preparado».

Leed a Gabrielle Roy. Siempre, y sin descanso.

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